Un millar de ganaderos salieron el pasado 13 de julio en Sevilla, con la participación de Asaja Córdoba, para decir ¡basta ya! ante la insostenible crisis de bajos precios en origen de la leche.
Las calles de Sevilla acogieron una marea reivindicativa blanca con la que el sector arrancó con una campaña de movilizaciones que tendrá su broche final el próximo 2 de agosto con una concentración a las puertas de Lactalis.
“Estamos abocados al continuado cierre de nuestras explotaciones. Somos una especie en vías de extinción”, corearon los ganaderos. Una situación que, en la última década, ha abocado al cierre del 30% de las vaquerías, y eso a pesar de ser uno de los sectores más competitivos y productivos de España.
De hecho, en la actualidad, quedan 475 explotaciones de vacuno de leche en Andalucía, con algo más de 60.000 cabezas de ganado, y con una producción de 600.000 toneladas de leche. Cifras con las que Andalucía, a pesar de la asfixia que sufren los productores, representa el 8% del sector lechero nacional. El sector está cansado de sufrir las abusivas prácticas comerciales de la gran distribución al utilizar la leche como producto reclamo para el resto de la cesta de la compra.
En los últimos seis años, y especialmente en 2021, el sector del vacuno de leche ha perdido rentabilidad porque los precios a los que la industria compra el producto a los ganaderos no cubren los costes de producción, mientras que los insumos han ido encareciéndose cada vez más. Así, mientras las materias primas básicas para la alimentación animal se han incrementando un 26% en último año y los costes de producción (según el Observatorio de la Cadena Alimentaria del Ministerio de Agricultura) se elevan a 0,35€/l, aunque en algunos casos, pueden alcanzar los 0,40€/l, el precio que reciben los ganaderos oscila entre los 0,31 y los 0,33€/l, cuando hace seis años era, como mínimo, de 0,35€/l.
Todo eso a pesar de disponer de una regulación específica por su carácter estratégico, establecida en el Real Decreto 1363/2013, por el que se introduce la obligación de suscribir contractos lácteos que garanticen la rentabilidad de los productores, y a pesar de haber sido objeto de diferentes acuerdos con la distribución promovidos por la Administración (Productos Lácteos Sostenibles 2013 y Acuerdo por la estabilidad y sostenibilidad de la cadena de valor del sector vacuno de leche 2015). La realidad es que no se están cumpliendo. Una realidad agravada con el Real Decreto de convergencia aprobado por el Ministerio de Agricultura sin el consenso del sector y que ha azotado con virulencia al vacuno de leche. Tanto es así que, por ejemplo, en Los Pedroches la convergencia ha provocado una fuerte descapitalización con la pérdida de un 24% de las ayudas recibidas hasta 2021.
Por todo ello, el sector reclama precios en origen que cubran los costes de producción; el cumplimiento riguroso de la Ley de la Cadena Alimentaria y poner fin a cualquier práctica comercial que utilice la leche de vaca como producto reclamo.